jueves, 4 de junio de 2009

Los pueblos originarios ante la crisis internacional y el gobierno servil de Alan García

DOCUMENTO DE SITUACIÓN INTERNACIONAL Y NACIONAL
(Presentado a la Asamblea Nacional del Movimiento Cumbre de los Pueblos del 6 de mayo del 2009)

Las luchas de los pueblos indígenas se vienen desarrollando en un contexto internacional sumamente favorable. El modelo neoliberal ha recibido su golpe de gracia en los países centrales del capitalismo, en donde los enormes monstruos financieros se derrumbaron y arrastraron las economías nacionales al actual proceso de recesión que ningún gurú economista se atreve a pronosticar cuándo acabará.
La movilización antiglobalización a escala mundial y latinoamericana se ha visto fortalecida con la consigna: ¡que la crisis la paguen los ricos! Pero la crisis no solo es financiera o recesiva, afecta casi todos los frentes del dominio capitalista imperialista: finanzas, productividad, hegemonía político militar, medio ambiente, cultura, cuerpo social, alimentos, educación, ética y moral. Solo el aspecto religioso aparenta no tener mayores problemas de legitimidad.
En realidad, estamos asistiendo a la crisis de la civilización capitalista. Esta crisis afecta al Estado uninacional y al modelo de vida occidental. Lo que le da el carácter de desastre universal es el hecho que la crisis se ha instalado en los países que dominan los resortes de la economía globalizada: Estados Unidos y sus aliados del G7 (Francia, Alemania, Inglaterra, Italia, Canadá y Japón).
Los Estados de estos países han tenido que socorrer a los bancos y a las grandes industrias con descomunales cantidades de dinero de los contribuyentes. Esa ayuda ha esclarecido de un día para otro a millones de trabajadores y ciudadanos de a pie sobre lo que en realidad es el neoliberalismo: un sistema para incentivar y proteger las ganancias de las corporaciones, a costa del esfuerzo de la población.
El otro hecho descomunal que muestra la naturaleza depredadora del capitalismo y sobre todo de su modelo más agresivo, el neoliberalismo, es el cambio climático, producto de la explotación vorás de los recursos naturales, del uso sin límites del combustible fósil y de la producción industrial a marcha forzada para obtener las máximas ganancias en el comercio mundial.
El lado ético de la crisis lo muestra el hambre que se multiplica en el mundo producto de la especulación financiera con los precios de los alimentos. Ese negocio incentiva al uso de las tierras para monocultivos y agrocombustibles; y hace desaparecer los alimentos de las mesas de las poblaciones más pobres.
En medio de este proceso, las propuestas de los movimientos originarios indígenas se han legitimado como una salida viable para acabar con la crisis civilizatoria capitalista y enrrumbar a la humanidad hacia la construcción de un modelo de vida realmente humano: el Buen Vivir, cuidando y respetando la naturaleza, acabando con la mercantilización de la vida, servir al interés de las personas y los pueblos.
CRISIS DE LA HEGEMONÍA NORTEAMERICANA
La crisis actual tiene como consecuencia esencial el hecho político de que la hegemonía unipolar de Estados Unidos puede llegar a su fin. Las negociaciones en el G20 así lo han anunciado, cuando el bloque de países “emergentes” liderados por Brasil y China han planteado el reordenamiento multipolar de la economía mundial, de modo que se reparta el costo de las pérdidas y se establezcan controles a los centros financieros imperialistas responsables de la crisis.
Sin embargo, Estados Unidos y el G7 siguen haciendo causa común para intentar descargar sobre los pueblos, los trabajadores y nuestros países todo el peso de la crisis económica global que ellos provocaron. Este plan fue expuesto con total desvengüenza en la reunión del G20 llevada a cabo en Londres, donde los gobiernos del G7 decidieron reflotar sus fracazados instrumentos financieros (FMI, BID, BM) con sumas multimillonarias para que hagan el trabajo sucio de siempre: imponer programas de ajuste, privatizaciones y flexibilización laboral, a cambio de ayuda financiera.
Es decir, para el G7 la solución pasa por aplicar dos políticas: la del “libre mercado”, desprotección y ajuste fiscal para los países de la periferia capitalista; proteccionista e intervencionista (salvataje financiero) para los países centrales.
LATINOAMÉRICA Y LA ZONA ANDINA
La receta que quiere imponer el G7 como “solución” a la crisis financiera y recesión, está obligando a los países del Mercosur a retomar con mayor empeño el proceso de integración Sudamericana, acelerando además las alianzas estratégicas con otros bloques económicos (Asia, Medio Oriente, India, la zona ex soviética). Y está provocando la profundización del giro a la izquierda en América Latina (elección del nuevo presidente de El Salvador).
En la zona andina, lamentablemente se vive un proceso de ruptura de la CAN provocado por las negociaciones del TLC con la UE. Sin embargo, en esta zona es donde se está produciendo el proceso más avanzado de la lucha antineoliberal y de resistencia a los poderes imperialistas, con Bolivia y Ecuador y sus respectivos procesos constituyentes triunfales. En Perú esta lucha también es fuerte y tiene como epicentro fundamental a las comunidades y pueblos originarios. En Colombia y Chile la heroicidad de la resistencia al Estado-nación viene habriendo importantes espacios políticos al reclamo indígena. La movilización indígena campesina sostenida y la crisis internacional han dejado aislados a Uribe y García, únicos regímenes serviles de Latinoamérica.
Pero es en el caso boliviano donde se ve mejor la oportunidad de avanzar que ofrece la crisis en los países centrales del capitalismo, especialmente en Estados Unidos, quien desde la llegada de Obama al poder está aflojando las políticas imperiales clásicas en las relaciones con Latinoamérica. La visita del expresidente Carter a Evo Morales y la apertura hacia Cuba en el envío de remesas familiares a la isla, son dos expresiones elocuentes.
Hay que decir, sin embargo, que estos avances son producto sobre todo de las formidables luchas desarrolladas en nuestros países contra el modelo neoliberal, las transnacionales y los gobiernos serviles. Luchas que han tenido como núcleo esencial a la fuerza organizada de los pueblos indígenas, y que hoy, dado el contexto de crisis internacional que mantiene en aprietos a los poderes imperialistas, pueden avanzar en legitimar sus propuestas de cambio y conquistar un amplio espacio político y electoral.
PERÚ Y EL MOVIMIENTO CUMBRE DE LOS PUEBLOS
Pese al triunfalismo estúpido de García, la crisis económica internacional ya empezó a desequilibrar la economía nacional. Las espectativas de crecimiento del PBI para el 2009 se desinflaron de 8-9 por ciento a 4 ó 0 por ciento, aunque dos economistas pronostican un crecimiento negativo. El desempleo es veloz: cada semana se muestran nuevas estadísticas de despidos, la cifra más modesta es de 200.000 empleos perdidos entre noviembre 2008 y marzo 2009 Y García anunció que se despedirán 200.000 más. La inflación golpeó duro, provocando que miles de nuevas familias caigan en la escala de probreza y pobreza extrema.
La crisis financiera ha encarecido el crédito externo de corto plazo y desalentado las nuevas inversiones. La recesión norteamericana ha provocado la caída de las exportaciones no tradicionales. La caída del precio de los minerales está afectando severamente la recaudación fiscal, problema que agobiará tanto a la caja central como a las regiones que reciben canon. A la luz de estos hechos hay que sacar una conclusión categórica: la crisis económica internacional es uno de los principales factores que presiona sobre el proceso político nacional y lo seguirá haciendo en los meses y años siguientes.
El otro factor que está incidiendo en la gobernabilidad del país son las medidas que viene implementando el gobierno aprista para tratar de contrarrestar los efectos de la crisis económica global. Alan García ha puesto en oferta los puertos, el mar, las tierras comunales, los bosques, los ríos, las carreteras y especialmente la Amazonía. De este modo García espera atraer las nuevas inversiones que salven al modelo neoliberal. Por esa razón su servilismo hacia el capital extranjero se ha vuelto descontrolado y extremadamente peligroso para el país, los campesinos, los pueblos indígenas y los trabajadores.
Para intentar contener la resistencia social a sus medidas serviles, García aplica una política de criminalización de la protesta, que consiste en ilegalizar las demandas de los pueblos y comunidades, encarcelar y enjuiciar a los dirigentes, alentar la represión policial de las movilizaciones con armas de fuego y promover campañas de desprestigio de los conflictos. Pero lejos de desalentar o neutralizar las luchas, las medidas del régimen alientan lo que constituye el tercer factor de la crisis interna: la movilización social.
En efecto, los pueblos, comunidades y gremios afectados por los decretos apristas están multiplicando sus luchas y fortaleciendo su organización. 1,350 comunidades nativas organizadas en AIDESEP se mantienen en estado de movilización general hasta que el Ejecutivo y el Congreso deroguen o modifiquen los decretos y leyes lesivos a los pueblos andinos y amazónicos.
Comunidades y frentes de defensa de Huánuco, Pasco, Junín y las organizaciones de regantes de Cusco, realizaron paros y movilizaciones en rechazo a dichas normas y contra la nueva Ley del Agua que amenaza con privatizar el recurso vital. También en Arequipa, Puno, Cusco, Ayacucho,Chiclayo y Huancavelica, entre otros lugares, las comunidades y organizaciones sociales se vienen sumando al levantamiento.
La central comunera CONACAMI y las centrales campesinas CNA y CCP coordinan una jornada unificada para exigir al Gobierno respete los derechos de los pueblos indígenas como ordenan la Declaración de las Naciones Unidas y el Convenio 169 de la OIT.
Nadie quiere dejar de luchar, más bien hacen esfuerzos por unificar sus demandas y acciones. Este tercer factor del proceso peruano podrá constituirse en el elemento decisivo del desenlace político nacional si las luchas en curso se unifican, masifican y centralizan.
Otro elemento que abona al agravamiento de la crisis política es la corrupción, estrechamente ligada a las privatizaciones como quedó demostrado con el caso de los petroaudios. En este aspecto, la condena a 25 años de prisión que acaba de recibir Fujimori por los crímenes de La Cantuta y Barrios Altos, significa un triunfo historico del pueblo peruano y de todos los pueblos del mundo que han sufrido o sufren gobiernos corruptos y genocidas. Y ha tenido un efecto desestabilizador de la imagen presidencial de Alan García por los genocidios que éste ordenó en 1986 en las cárceles de Lurigancho y El Frontón y cuyos juicios siguen pendientes.
En conclusión, la acción de los tres factores principales señalados arriba hacen el contexto nacional cuya dinámica principal está marcada por la pugna entre las fuerzas que luchan por acabar con el modelo neoliberal y con el gobierno de Alan García y las que tratan de impedir que ello ocurra. Los próximos procesos electorales llevarán el sello de esta pugna de principio a fin.
En este contexto, el Movimiento Cumbre de los Pueblos (MCP) se ubica con absoluta claridad y decisión del lado de la lucha por derrotar el modelo neoliberal y al régimen servil aprista, y trabaja para construir una dirección política unificada y nacional que la lleve a la victoria. Junto con ello, postula la salida política de una Asamblea Constituyente que cree un Estado Plurinacional y siente las bases jurídicas de la construcción de una economía para el Buen Vivir.
PLATAFORMA POLÍTICA
Para respaldar esta propuesta política general, el MCP alienta la organización del levantamiento de los pueblos andinos, amazónicos y costeños. Y llama a las regiones, gremios sindicales y organizaciones vecinales a sumarse a esta lucha asumiendo la siguiente plataforma política:
1.- Derogatoria de los 100 Decretos Legislativos que implementan el TLC con Estados Unidos, por ser anticomuneros, antilaborales y privatizadores.
2.- ¡Alto a la criminalización de la protesta! Derogatoria de los 11 Decretos Legislativos que ilegalizan las luchas sociales. Libertad y corte de juicios a todos los comuneros, dirigentes y trabajadores reprimidos por impulsar las luchas de sus pueblos y gremios.
3.- Rechazo a los TLC con EE.UU., Europa, China y Chile porque: a) desarticulan el mercado interno; b) alientan la biopiratería burlando los derechos de los pueblos indígenas; c) privilegian la inversión extranjera y el control de las transnacionales sobre los recursos y soberanía del país; d) nos encadenan a la condición subordinada de país exportador de materias primas dentro de la economía globalizada; e) avalan las políticas autoritarias y represivas del régimen frente a las demandas de los sectores sociales afectados.
¡Que los pueblos decidan en referendo nacional sobre los acuerdos internacionales!
4.- ¡No más privatizaciones! Recuperación de las empresas públicas y anulación de las concesiones mineras, petroleras, madereras, hidroenergéticas, pesqueras y de infraestructura vial en manos de las transnacionales.
5.- Auditorías integrales de las deudas públicas externas e internas para rechazar las deudas ilegítimas, exigir el pago de reparaciones por los países e instituciones financieras supuestamente “acreedores” por préstamos que sirven al saqueo de nuestros recursos.
6.- ¡No a la mercantilización de los alimentos! Por la soberanía y seguridad alimentaria promoviendo los cultivos andinos y la producción familiar y comunera. Defensa de la biodiversidad ¡fuera los transgénicos! ¡Alto a la importación de alimentos subsidiados!
7.- Por pleno empleo y salario digno. ¡Abajo las leyes de flexibilización laboral y las “services”! ¡Alto a los despidos! Reposición incondicional con pago de devengados. Aumento general de sueldos y salarios para cubrir el costo de la canasta básica.
8.- Basta ya de Actas incumplidas, solución inmediata a todas las demandas sociales.
9. Reforma tributaria para que paguen más impuestos los ricos y las empresas con altas ganancias.
10.- ¡Fuera Alan García y la política neoliberal! Asamblea Constituyente que apruebe una nueva Carta Magna para: a) recuperar la soberanía del país frente a los tratados y políticas internacionales de las potencias capitalistas; b) garantizar los derechos colectivos de los pueblos indígenas, la autonomía y respeto a sus territorios; c) establecer el consentimiento previo de los pueblos ante cualquier política pública, ley o proyecto de inversión que afecte sus territorios, economías o hábitat; d) restituir todas las conquistas laborales; e) declarar la fundación de un Estado Plurinacional, unitario y realmente democrático, de todos los pueblos, culturas y naciones que habitamos el territorio peruano.
11.- Construcción de una economía nacional colectiva e independiente que garantice el Buen Vivir, conserve la naturaleza y esté al servicio de las personas y los pueblos, no del lucro capitalista ni de los intereses imperialistas.
12.- Por la integración de los países andinos y de América Latina. Nueva arquitectura financiera internacional para tener independencia y soberanía económica. No más Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional, Banco Interamericano de Desarrollo ni Banco Europeo de Inversiones.
Con esta plataforma y el impulso al levantamiento anunciado, el Movimiento Cumbre de los Pueblos se postula también como alternativa electoral de las fuerzas sociales que aspiran a un cambio de fondo en nuestro país, convirtiendo la tribuna electoral en un escenario más de la lucha por la plataforma anunciada.
Los obstáculos a vencer son todavía enormes. Las fuerzas neoliberales de derecha, centro e izquierda que defienden la permanencia de García hasta el 2011, también vienen actuando. Así, el régimen aprista y la derecha calientan el ambiente electoral a través de declaraciones y encuestas privadas que buscan matar tempranamente las esperanzas de las poblaciones descontentas de contar para el 2011 con una candidatura por fuera del sistema de los partidos tradicionales. Y tratan de embarcarlas detrás de figuras presidenciables del neoliberalismo criollo como Keiko Fujimori, Lourdes Flores o Castañeda Lossio.
Alan García ha adelantado incluso su nefasto propósito de impedir, desde el poder, que gane un candidato que no sea adicto a la política neoliberal y a los intereses de los grandes grupos empresariales. El Premier Yehude Simon es parte de ese maquiavélico plan que busca además asegurar la impunidad para Alan García y la corrupción aprista.
Los partidos de izquierda agrupados en la Coordinadora Política Social también participan del interés por evitar el surgimiento de una opción electoral legítima de las organizaciones sociales. Por ello decidieron apelar una vez más al método del acuerdo entre cúpulas partidarias para estructurar una alianza electoral en torno a la candidatura de Ollanta Humala.Para desgracia del régimen, la derecha y la izquierda “ollantista”, el espacio para la construcción de una alternativa electoral independiente y genuina de los pueblos indígenas y las organizaciones sociales sigue creciendo. Y el MCP es la única fuerza organizada a nivel nacional que se dispone a llenarlo. El MCP promoverá sus candidaturas desde las luchas de los pueblos y estrechamente ligadas a ellas, permitiendo la más amplia participación de las organizaciones sociales, en particular de las que vienen protagonizando las peleas más duras y tenaces contra el gobierno y sus medidas.