jueves, 12 de febrero de 2009

Las transformaciones para salvar Lima

MOVIMIENTO CUMBRE DE LOS PUEBLOS LIMA
DEBATE: LAS TRANSFORMACIONES QUE NECESITA LA CAPITAL

Por: Fernando Gutiérrez
Lima, la capital del Perú, es preocupación de propios y extraños. Las elites criollas añoran el regreso a los tiempos de la “Ciudad Jardín” y “La Flor de la Canela”. Los “modernos” la llenan de cemento y fierro. Los políticos, empresarios y gobiernos la avisoran una “ciudad globalizada” entonada con la actividad bursátil mundial. Los banqueros la “adornan” con ostentosos edificios.
Todo lo anterior es maquillaje. Los problemas de fondo siguen. Enumeremos los más agobiantes:
- pérdida de miles de vidas humanas cada año por asaltos y accidentes de tránsito;
-inseguridad e impunidad (secuestros, asaltos, pandillaje);
-caos en el transporte;
-déficit habitacional, viviendas precarias y zonas tugurizadas;
-contaminación ambiental y enfermedades;
- servicios sanitarios insuficientes y vetustos;
-agua, electricidad y alimentos caros;
-control del comercio por mayoristas e importadores abusivos.
Se suman, además, los problemas de carácter nacional como la falta de empleo, educación pública de pésima calidad, critica situación del sistema de salud, corrupción generalizada en las instituciones públicas, entre los más notorios.
Los sectores de altos ingresos intentan protejerse de algunas de estas calamidades enrrejándose en distritos exclusivos, en las mejores zonas de Lima, en donde han establecido su propio "territorio". El resto de la población -profesionales, empleados, obreros, familias pobres y muy pobres que pueblan los distritos más tradicionales y sobre todo los conos- sufren todos los problemas mencionados aunque en diversos grados, según su situación económica particular.
Dichos males son consecuencia de una paradoja histórica: Lima, como toda gran ciudad, posee un enorme poder de atracción sobre las poblaciones rurales y campesinas del país, las cuales migran hacia la capital en busca de una oportunidad de mejorar su calidad de vida. Pero encuentran que Lima es incapaz de ofrecerles esa oportunidad.
Esta paradoja produjo el crecimiento desordenado de la ciudad, el masivo desempleo y la miseria en importantes zonas de los conos. El Estado siempre se ha desatendido de toda esta problemática. Nunca ha querido invertir en el crecimiento ordenado y seguro de la capital. Sus contadas inversiones han estado dirigidas sobre todo a favorecer a los sectores altos. Para los sectores populares siempre aplicó la política del menosprecio, lo que obligó a innumerables luchas por agua, desagüe, pistas, veredas y salud. Ante la actitud estatal, las poblaciones migrantes han aplicado sus propias medidas para autogenerarse un hábitat en cada una de las zonas donde invadieron terrenos públicos y privados.
La nueva Lima que hoy tenemos ha sido construida en gran medida por iniciativa y con recursos propios de los “provincianos”, quienes en muchos casos ejemplares actuaron con las herramientas culturales que traían de sus pueblos para construir sus viviendas y organizar su vida económica, social y cultural. Para ello hicieron uso del autoempleo, el taller artesanal, el comercio ambulatorio y las organizaciones vecinales. Así, Lima se convirtió en la enorme urbe que es hoy.
Las elites dominantes no fueron capaces de dar un ordenamiento y nuevo horizonte a la capital en crecimiento. Las industrias no ofrecieron los suficientes puestos de trabajo para absorber la numerosa mano de obra que provenía del campo. Las Grandes Unidades Escolares y las universidades públicas vieron crecer su alumnado, pero a los pocos años fue evidente el retroceso y mediocridad en el sistema educativo público. Los sistemas de salud y el transporte se vieron sobrepasados por las necesidades de la población. La inversión pública en todos estos sectores siempre fue miserable. Los problemas y carencias se han ido acumulando en décadas de desidia e incapacidad gubernamental, al punto que hoy se vive en una ciudad a punto de colapsar.
¿Qué debemos hacer para salvar Lima?
La permanencia de la creencia de que Lima es una alternativa para mejorar la calidad de vida, sumado a la falta de interés de la elite dominante para construir una ciudad organizada, moderna e industrial, solo avisora el agravamiento de todos los males señalados. En consecuencia, el primer gran reto para salvar Lima es poner fin a la paradoja mencionada. ¿Cómo?
Con dos medidas de fondo: impulsar una política nacional de desarrollo regional y sobre todo rural, de modo que las poblaciones de “provincias” dejen de migrar masivamente hacia Lima al ser beneficiadas con dicho desarrollo. Junto a esto, cambiar de manos el poder político, que la elite dominante responsable del caos no controle más los municipios y estos pasen al control de las poblaciones organizadas, lo cual implica cambios constitucionales en pro de una democracia participativa real y de elección directa, superando el sistema representativo que solo ha servido para que las elites expropien el poder de decisión al pueblo.
Con menos presión migratoria y las alcaldías en manos de las organizaciones populares, se podrá planear y aplicar un conjunto de medidas transformadoras, entre las cuales se pueden mencionar las siguientes más urgentes:
-Planear el proceso de urbanización con construcciones hacia arriba, con la finalidad de recuperar zonas importantes para la producción agrícola, destinada a la alimentación de las poblaciones más necesitadas; proceso que además permita y aliente la presencia del pequeño comercio y de talleres artesanales en concordancia con las costumbres tradicionales de la población citadina.
-Destugurizar los distritos tradicionales mediante planes municipales de construcción de nuevas y confortables viviendas;
-Apoyo financiero y técnico para fortificar o remodelar las casas populares construidas sin los planos arquitectónicos necesarios;
-Planear la construcción de parques industriales en los conos que empleen la mano de obra de dichas zonas para evitar el diario traslado masivo de personas que problematiza aún más el caos del transporte;
-Crear empresas municipales de transporte masivo para reemplazar el sistema privado actual que consiste en miles de unidades pequeñas que generan el caos en el transporte e innumerables accidentes;
-Reorganización del sistema vial para unir los conos sin pasar por Lima Cercado, mediante la construcción de grandes avenidas, la modernización de las que existen y la construcción de pasos a desnivel;
-Impulso al comercio directo de alimentos para eliminar a los intermediarios y así abaratar la alimentación popular
-Erradicar todo tipo industrias extractivas contaminantes y depredadoras, tanto en tierra como en el mar;
-Planear la recuperación del río Rimac y de las playas reestructurando el sistema de alcantarillado y el de recojo de basura en consulta con las poblaciones de los distritos directamente afectados;
-Construcción de amplias zonas recreacionales, deportivas y culturales;
-Recuperación de Lima Cercado y del distrito del Rímac para convertirlos en zona turística de primer nivel. Traslado de ministerios, cuarteles y entidades públicas a otros distritos;
-Organización de la seguridad ciudadana con la participación de las organizaciones vecinales, con pleno respeto a su autonomía. Elección popular de los Prefectos y jefes de Comisarías.
Febrero 2009

1 comentario:

  1. La crisis de valores en la que estan sumidos los politicos vendepatrias y por consiguiente el sistema democratoide pro capitalista y servil al imperialismo yanqui.Hace que resurja un la tercera via de democracia pura que enarbolan nuestros hermanos amazonicos,ronderos patriotas y andinos.Estoy seguro que el sistema actual esta totalmente colapsado,los ¨"poderes" legislativo,ejecutivo y judicial.Solo puedo proponer la idea democratica de que se disuelva esos "poderes" y reemplazarlo por uno nuevo,que nazca del pueblo,del llano.
    Espero contactarme con nuestros hermanos ronderos y amazonicos a fin de elaborar un plan te gobierno acorde a la coyuntura actual..mi correo es willibce@yahoo.com

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